Existe un sentir especial en todos, un “algo” que internamente nos dice: Haz este negocio, aléjate de esto o aquello, voltea por acá, vete por allá, etc… y este sentir tiene la capacidad de darte mucha paz o de inquietarte cuando algo va mal.
A continuación te cuento una breve historia de la vida real, algo que me sucedió y que me sirve como el perfecto ejemplo para mostrarte como viví ese sentir y que sucedió cuando le hice caso ¡Aquí va!
En una ocasión acepte la invitación para ver una película, aunque sabía que película era, no sabía exactamente cuál sería su contenido… Me lleve la gran sorpresa que desde el primer segundo empezaron a mostrar escenas y sonidos escalofriantes, no habían pasado ni 2 minutos, pero no podía fijar mi mirada en la pantalla, debo reconocer que no soy nada buena para el Terror… y aunque no veía nada, los sonidos persistían, me sentía muy incómoda, sentía que mi lugar era otro, que debía salir de esa sala de cine y que no importaba perder el dinero de la boleta siempre que pudiera sentirme tranquila…
Fue entonces que no paso mucho tiempo hasta que me levante y me salí, decidí obedecerle a esa vocecita interior y en verdad fue lo mejor que pude hacer, no imaginas la tranquilidad que sentí.
En ese momento comencé a pensar, ¿Qué pasaría si escuchamos con más frecuencia esa voz del alma? Esa voz interior que siempre nos llevará a nuestro Bien-Estar…
De pronto te preguntas, ¿Cuál es esa voz interior? ¿Cómo la escucho?, pues déjame responderte con la siguiente pregunta: ¿Alguna vez has sentido en tu interior la necesidad de hacer algo para sentirte mejor?, bien sea salir de un lugar, cerrar un ciclo, finalizar una sociedad, renunciar a un trabajo, irte de viaje, darte espacios de descanso…
¡Pues esa, es la voz de tu alma!, dentro de ti existe una sabiduría infinita, la misma que constantemente te habla y te guía hacia lo que es mejor para ti… La buena noticia es que esta Sabiduría interna siempre está disponible para ti, tienes acceso a ella las 24 horas del día, y la podrás escuchar siempre que te des la oportunidad de silenciar el ruido que a veces nos cargamos encima.
Con esto, quiero invitarte a que te “salgas del cine” cada vez que te sientas mal y te dejes guiar por ese sentido común (que es más sabio q nuestra cabeza), haz aquello que te de paz, cierra ese ciclo, termina esa relación que solo te hace llorar, renuncia a eso que te tiene agobiada, ¿Qué esperas?
Recuerda que mereces sentir bienestar en tu interior, y cualquier cosa que no te lo brinde, créeme, es ¡COSTOSA! y no aceptes como hecho definitivo situaciones que tú tienes la capacidad de cambiar.
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